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miércoles, 10 de agosto de 2011

Contra el cómics y el celuloide fascistoide

Yo, amigo Antonio, cuando tenía algunas perrillas compraba cómics como “El capitán Trueno”. Un tipo que siempre mataba sarracenos. Le ponía algo de imaginación enfermiza y “enfermizada” y , yo mismo , asesinaba, en imágenes muy cinéticas, muchos más musulmanes de los que había en la historieta. Con el pasar del tiempo, supe que este tal “Capitán Trueño” era una creación fascistoide del régimen de entonces. También hojeé/ojeé durante horas y horas a “El Jabato” un “echao palante” , con mucha palabra y poca imagen. También mataba a placer. Nunca supimos en qué tienda dormía su amada Sigrid cuando acampaban en un bosque, pues la imagen era suprimida( ¡Por Dios, una pareja bajo la misma tienda!). En cambio, nuestra imaginación nunca pudo ser reducida ante la mojigatería del autor ( siempre disponían de una única tienda) Después vinieron las películas del Oeste, en las cuales siempre perdían los indios , porque eran lo malos. Mucha palabra fanfarrona a lo John Wayne. Era el bueno, y nunca moría en la batalla. Otra creación fascistoide Nos engatusaron durante mucho tiempo. Gracias a la palabra+la imagen + la imaginación ( nuestra propia imaginación ) y la Cultura pudimos salir de “outra longa noite de pedras”. Redimidos de ese alma de noche de invierno, fría y oscura, hoy podemos escribir palabras cálidas, imágenes brillantes. Nuestro conatus imaginativo nos llevó a la reflexión y a la cultura. A pesar de la historiografía oficial, supimos que el General Custer fue un mal estratega, aparte de un miserable cobarde que abandonó a sus propios soldados en la batalla de Little big hot, donde los usamericanos recibieron una fuerte derrota ante los Siux. Por supuesto esto nunca se contó en el cine. El tal Custer tuvo la categoría de héroe ¿ Cuándo se dignificará a los vencidos en los cómics? ¿ Y del genocidio de las tribus indias, se hablará mucho más algún día?. La razón de los vencidos, ¿ para cuándo?. Sólo una imaginación que no se quiso acomodar a la palabra y a la imagen, adulteradas ambas, nos dio La Cultura. ¿ Tendrá la imaginación también ceros y unos ?

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