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sábado, 19 de enero de 2013

EDUCACIÓN: ACTITUDES Y SENSIBILIDAD O APRENDIZAJE ( APTITUDES )


 EDUCACIÓN: ACTITUDES Y SENSIBILIDAD O APRENDIZAJE ( APTITUDES )
En el artículo 23 de la LOGSE  se señala “ En la definición de las enseñanzas mínimas se fijarán las condiciones  en que, para determinados alumnos mayores de dieciséis años, previa su oportuna evaluación, pueden establecerse diversificaciones del currículo en los centros ordinarios. En este supuesto, los objetivos de esta etapa se alcanzaran con una metodología específica, a través de contenidos e incluso áreas diferentes a las establecidas con carácter general”.
Bien ,como se  subraya, los alumnos de un programa de diversificación tendrán que conseguir los mismos objetivos que aquellos que cursan la enseñanza secundaria por la vía ordinaria, por lo que subyace un espíritu democrático y de igualdad de oportunidades para todos los alumnos. Esto no conlleva- como señalábamos en la revista del centro del año anterior- imponer la uniformidad educativa. Simplemente se trata de conseguir estos objetivos mediante una metodología globalizadora , interrelacional y más práctica de las distintas áreas que nos permita atender a las capacidades, los contenidos y los campos de conocimiento dentro del referente del currículo ordinario.
La idea interrelacional y globalizadora no debe ser exclusiva de los ámbitos ( podéis  consultar las distintas materias que forman parte del programa en la sección de educación del número anterior de la revista, así como podemos  informaros más exhaustivamente de los distintos ámbitos o materias en el Departamento de Orientación ), es decir, no se trata sólo que desde el ámbito Socio-Lingüístico tratemos de interrelacionar cómo se haya la Densidad , la Natalidad o Mortalidad de un país determinado con las matemáticas del ámbito Científico-tecnológico; las gráficas de un climatograma con el Taller de informática o con las tablas cartesianas del ámbito científico; los problemas demográficos , el tema de Geografía de la Industrialización ( ámbito S-L ) con  “Ecosistemas. Contaminación y tratamientos de residuos” del ámbito C-T o con “Taller de reciclado artesanal de papel ( Taller Polivalente II ) , por no decir  lo evidente , relacionar “La Historia de las Sociedades” ( Bloque III del ámbito S-L ) con la asignatura de Cultura Clásica, por poner sólo algunos ejemplos. Esto, difícilmente podría hacerse sin un buen clima de comunicación y de trabajo en equipo entre todos los profesores que impartimos el Curso de Diversificación. Pero, sobre todo, se trata de fomentar estos contenidos desde una visión más instrumental para que el alumno tenga/tengáis la seguridad de que están /estáis aprendiendo algo útil para la vida,(  ya Séneca señalaba que debemos enseñar para la vida, no para la escuela- non scholea, sed  vitae est docendum- ) a que conecten/conectéis con el entorno más cercano en que viven/vivís y, ante todo, se trata de que seáis mucho más protagonistas de vuestro propia aprendizaje; de que no seáis únicamente receptores pasivos, sino que participéis e investiguéis sobre lo que estáis aprendiendo. De ahí que hayamos  reforzado los contenidos con la elaboración de unos Proyectos de las distintas áreas, de los cuales nombro algunos: Diaporama sobre nutrición y dietética, Construcción de juguetes automóviles con material de desecho, Colección de minerales, Construcción de una minicentral eólica, Redacción de una revista, Elaboración de un Atlas, Cómic histórico, Lectura y Grabación de textos comentados...etc. Sin lugar a dudas, es un reto difícil y que conllevará lagunas y errores, pero, muchas veces, es desde los errores desde los que aprendemos y no olvidemos que el educador “se hace educando”.
Antes de pasar al verdadero tema que nos interesa en este artículo: “ Educación frente a aprendizaje”, quiero mencionar algo a raíz de lo señalado más arriba sobre la uniformidad ( vía ordinaria ) o diversidad ( vía extraordinaria ) en los programas de educación. Si la diversidad es concebida, por un lado, y a veces,  casi exclusivamente,  como un conjunto de capacidades cognitivas que definen la capacidad de aprendizaje, y por otro, cuando la diversidad es asumida y aceptada como la diversidad de origen individual o social,  esto afecta negativamente al rendimiento y es así como la diferencia se convierte en desventaja, académicamente hablando, y socialmente en desigualdad. Por lo tanto debería quedar claro que la respuesta que se dé a la diversidad es una opción ética, antes que una cuestión de eficacia docente o mejora del rendimiento de los alumnos. El gran pedagogo brasileño, Paulo Freire – pronto conmemoraremos el primer aniversario de su muerte- , nos hablaba de una unidad en la diversidad o de igualdad de las diferencias, lo cual supone que todas las personas , sin distinción de clase social, género, cultura o edad, tengan derecho a una educación igualitaria. La diversidad no es el objetivo en sí; es el camino para llegar al verdadero objetivo, que es la igualdad, impidiendo que ésta se transforme en homogeneidad. Cuando la diversidad desplaza del primer plano a la igualdad, se debilitan los esfuerzos por superar las desigualdades.
Veamos ahora el aspecto central desde el cual quiero dirigirme: la necesidad de reforzar los aspectos afectivos, emotivos y sensibles en los programas de atención a la diversidad, y en general en toda la labor docente, porque aún no tengo claro que desde los presupuesto de la LOGSE se priven estos aspectos.
Hoy en día, creo ver cada vez más claro los fantasmas del Racionalismo. El  racionalismo educativo ( siempre nos referimos a los niveles secundarios y medios de la Educación ) a duras penas ha conseguido desprenderse del excesivo protagonismo conceptual y teorético en la práctica docente. Esto conlleva dos peligros, derivados, en primer lugar, de entender la figura del profesor sólo como enseñante ( ser transmisor de bagaje teóricos ) y no como educador ( transmisor de valores éticos ), y en segundo lugar, el peligro que supone la poca importancia que damos al aprendizaje de emociones y actitudes en la práctica docente. Dos inconvenientes, sin lugar a dudas, relacionados. Pasemos a analizarlos:
En primer lugar, podemos afirmar que toda pretensión meramente conceptual, teórica, excesivamente cientifista conlleva numerosos peligros dentro de las distintas ciencias, en general, y en la educación ( Pedagogía ) en particular:
            Si sólo enseñamos las ciencias como lo que son, sin valor moral, sin “lo que debería ser”, sin conciencia, estamos abocados a un mundo más deshumanizado. Si aprendemos Química sólo para producir sustancias tóxica ( armas químicas ) ; Economía para depredar más la Naturaleza; Física para generar bombas atómicas; Matemáticas Aplicadas para el control informático de nuestras vidas privadas; Estadística para la justificación fría de los varemos del desempleo; Historia para la comprensión ( “lógica” ) de la rapiña ejercida a los indígenas americano o Psicología reflexiológica ( en bachillerato habéis oído hablar del perro de Paulov ) para control del cerebro ( recordad la película “La naranja mecánica ), nos vemos abocados a la muerte colectiva como Humanidad. Una ciencia sin conciencia, sin ética, sólo tiene  validez dentro de los esquemas de los más poderosos. De una Razón descarrilada, fría y calculadora que ha olvidado el sentido del corazón en las relaciones humanos, de una razón o ciencia sólo centrada en el Entendimiento y que no ha sabido servirse del sentimiento sólo cabía esperar la lógica del egoísmo ,  del “sálvese el que pueda”. Unamuno afirmaría : “Si las matemáticas matan, las matemáticas son mentira.
            ¿ Y qué decir de la Pedagogía,  en particular?. ¡ Qué no os ocurra lo que le sucedió a Gargantúa !. Gargantúa, un niño de una obra de Rabelais, “Vida de Gargantúa y Pantagruel”, es educado por un profesor “sabijondo” a base de una instrucción memorística y teórica. A los 30 años entre otras habilidades recita libros de memoria al revés. Afortunadamente, su padre advierte que aquellos estudios, además de no servirles para nada, han vuelto a su hijo necio vanidoso y ñoño, por lo que le busca un nuevo profesor que le hace olvidar cuanto había aprendido y le somete a un nuevo programa que atienda por igual al espíritu(actitud) y al carácter( personalidad).
 Podemos decir que el propósito de la enseñanza no es llenar de conocimientos la mente, sino desarrollar el juicio y la reflexión. Un escrito francés, Montaigne, nos dirá: “ Prefiero más forjar mi alma que amueblarla. Más vale una cabeza bien hecha que bien llena.”. La instrucción, en sí, no tiene sentido si llena la memoria y deja vacía la conciencia: “ Si del estudio no va a resultar un espíritu y un más sano raciocinio, prefiero que mi alumno  pase la vida jugando a la pelota; por lo menos su cuerpo ganará en agilidad”, nos decía también. Y de las superficiales teorías que se enseñaban en las escuelas de Roma, un filosofo latino-cordobés, Séneca, nos dirá: “Me enseñáis los acordes de las notas musicales; enseñadme más bien el acorde conmigo mismo, para que exista coherencia en mi acción. Vosotros sabéis qué es la línea recta, pero ignoráis qué cosa es moralmente recta”.
            Pero nos quedaríamos corto si sólo uniésemos el saber con la reflexión. Es necesario que el saber esté proyectado y al servicio de la mejora de la Sociedad. Los profesores no podemos negarnos al deber de reforzar la capacidad de crítica social del alumno, para crear alumnos no para la adaptación( productos de una “educación bancaria”, que impone el saber al alumno,  ) sino alumnos para la concienciación  y la transformación  social . El gran pedagogo brasileño, Paulo Freire, del que pronto celebraremos el primer aniversario de su muerte por mucho que los poderosos se empeñen en silenciarlo, doctor Honoris Causa por multitud de Universidades, asesor de la UNESCO, y con libros clásicos en la Pedagogía como “ la educación como práctica de la liberta” y “Pedagogía del oprimido” ) no se cansará de decir: “ La educación necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueño y utopía”.
            Pasemos ahora a la segunda cuestión: la necesidad de considerar/os al/los alumno/os como personas no solamente pensante, sino también como seres afectivos-emotivos, dotados de sentimientos.
            En nuestra práctica tutoría diaria, repito diaria, sobre todo en el Curso de Diversificación estamos desarrollando habilidades de competencia social y de mejora de la autoestima. Todo profesor, obvia decirlo, debería se capaz de infundir en el alumno el sentimiento de ser aceptados ( somos enseñantes y educadores, o mejor dicho, educadores y enseñantes, aunque a veces, como todos sabemos, les demos medianamente importancia a las actitudes en nuestras programaciones o, aun más grave, en nuestra labor de clase ) . Si esto se alcanza, el sentimiento de ser aceptado, se consigue una atmósfera cálida y segura en la que hasta los alumnos más débiles ( y no nos limitemos sólo a los alumnos de n.e.e.s) se encuentran cómodos: Los maestro/as ,profesores/as, demasiados “cientifistas” ( sí, los racio-aptitudinales ) que guardan las distancias emocionales , que se parecen  a máquinas de saber ( ¡ ...  perfectamente hoy substituibles por los modernos programas informáticos !. ) , y que sitúan el rendimiento academicista en primer lugar, no hacen sino conseguir, a veces, un ambiente de incomodidad, de sentimiento de cárcel-escuela, y aún dudados que consigan incardiar en la cabeza de los chicos unos mínimos ( esos que están en nuestra programaciones “tan bonitas” ) conceptos. Ya en la vieja China el pensamiento de Confuncio se apoyaba en el axioma de que “la medida del hombre es el hombre”. “¿ En qué consiste el sentimiento de humanidad? – preguntó el discípulo – y Confuncio le respondió: “ Consiste simplemente en amar a todos los hombres”. Y Jesús de Nazaret hablará a sus alumnos de una escuela social basada en la caridad al próximo ( prójimo ): “Amaos los uno a los otros...” . “Amarás a tu prójimo como  a ti mismo” . El gran Erasmo exhortaba a que en labor magistral se elimine la violencia  para que evitemos hacer más orgulloso a los alumnos arrogantes o desesperar a los débiles. Del maestro excesivamente duro dirá: “Olvida que se aprende a gusto todo lo que enseñan a personas a quien se ama, y que la vergüenza y la gloria son dos aguijones que pueden estimular a los niños...Pero la palmeta que nosotros usemos ha de ser una palabra de orientación o de reproche, tal como a un hombre libre se le puede dirigir, así,  ésta, nuestra disciplina es de amabilidad y no de venganza”.
Para terminar vamos a hacer algunas reflexiones sobre la llamada Inteligencia Emocional , no como contraposición sino como complemento al Cociente Intelectual. En el actual Best seller de Daniel Goleman, “Inteligencia Emocional”, señala la necesidad de complementar el C.I. al Cociente Emocional tanto en la vida cotidiana como educativa.
            Veamos algunas de sus respuestas en entrevista ( El País, 19-II-96) para después pasar a las consideraciones que sobre el Cociente Emocional nos presenta en su libro.
P. – Usted afirma que la inteligencia emocional puede ser más  importante que el Cociente intelectual. ¿ Cómo ha llegado  a esa conclusión ?. R: Hace un par de años, en Inglaterra, un hombre paseaba a la orilla de un canal. De pronto vio a una niña que miraba aterrada al agua. Antes de poder formarse una idea clara y darse cuenta de lo que pasaba con la niña, se lanzó al canal y salvó a un niño que se estaba ahogando. El hombre se dejó llevar por su inteligencia emocional, que reaccionó más deprisa que la razón.
P.- Es lo que se llama empatía. R: Efectivamente. Pero la inteligencia emocional también supone conocer los propios sentimientos y emplearlo de forma óptima; una persona emocionalmente inteligente sabe case siempre superar un momento de depresión, es capaz de mantener una actitud optimista.
P.- Hasta ahora se consideraba que era sobre todo la inteligencia racional la que fomentaba el éxito en la carrera. Las emociones eran vistas como obstáculos. R: Lo que está claro es que el cociente intelectual (C.I. ) sólo determina aproximadamente en un 20% el éxito o el fracaso, el restante 80% corresponde a toda una serie de factores que se  pueden mejorar a lo largo de la vida.
P.- ¿ Ha terminado la era cognitiva ?. R: En absoluto . Sólo tenemos que añadir el corazón.
Pasemos ahora a desgranar algunos aspectos del libro de Daniel Goleman sobre Inteligencia emocional:
1º.-  Sobre la importancia excesiva que se le ha dado hasta ahora a la inteligencia racional, tanto a nivel académico como en la vida en general: “ No  obstante, aunque un elevado C.I. no constituye la menor garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad, nuestras escuelas y nuestra cultura, en general, siguen insistiendo en el desarrollo de las habilidades académicas en detrimento de la inteligencia emocional”...”El grado de dominio que alcance una persona sobre estas habilidades ( inteligencia emocional ) resulta decisivo par determinar el motivo por el cual ciertos individuos prosperan en la vida mientras otras, con un nivel intelectual similar, acaban en un callejón sin salida”.
2º.- Sobre los aspectos negativos de no controlar nuestras propias emociones en las experiencias educativos con niños alexítimicos ( que no expresan bien sus emociones ) o el contagio de nuestras propias preocupaciones a la clase: “ Recordemos que es imposible dejar de mostrar nuestra expresión facial o nuestra postura, y que tampoco hay modo de ocultar nuestro tono de voz. Si usted comete errores en los mensajes emocionales que emite de continuo, sentirá que las personas reaccionan de manera extraña y se sentirá desairado sin saber porqué. Si usted cree que está expresando felicidad pero, en cambio, lo que muestra es enojo, descubrirá que los demás están enojados no comprenderá el motivo.
3º.- Sobre las emociones en la vida laboral. El liderazgo autoritario, la jerarquización rigurosa y el trato con los subordinados en la baja productividad. “ Cuando la gente se encuentra emocionalmente tensa no puede recordar, atender, aprender ni tomar decisiones con claridad. Como dijo un empresario: “el estrés estupidiza a la gente” .
4º.- Las emociones en el rendimiento académico. Durante mucho tiempo los educadores hemos estado preocupados por las deficientes calificaciones de los escolares en matemáticas, lenguaje...Pero hay una carencia mucho más apremiante: el analfabetismo emocional. Goleman señala los siete ingredientes claves para mejorar el rendimiento académico( aprender a aprender ) todos ellos relacionados con la inteligencia emocional: 1..- Confianza ( la sensación de que tiene muchas posibilidades de éxito en lo que emprenda ). 2.-Curiosidad ( la sensación de que el hecho de descubrir algo es placentero ) 3.- Intencionalidad ( el deseo y la capacidad de lograr algo y de actuar en consecuencia ). 4.- Autocontrol (controlar las propias acciones en una forma apropiada a su edad ). 5.- Relación ( capacidad de comprender y ser comprendido por los demás ). 6.- Capacidad de comunicación ( el deseo y la capacidad de intercambiar verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás). 7.- Cooperación ( la capacidad de armonizar las propias necesidades con las de los demás en las actividades grupales.
Los programas de autoconocimiento y de aprendizaje emocional, llevados a cabo en diversos centros de EE.UU. , centrados en el dominio de los sentimientos, empatía ( comprender los sentimientos y preocupaciones de los demás ), comunicación, aceptación, dinámica de grupos .... favorecieron los siguientes resultados:
-          Autoconciencia emocional: menos índice de suspensiones y expulsiones, menor sensación de aislamiento y de ansiedad social...
-          Aprovechamiento productivo de las emociones: mayor responsabilidad, mejora de las puntuaciones obtenidas en los tests de rendimiento....
-          Empatía: mayor capacidad de asumir el punto de vista de los demás, mayor capacidad de escuchar al otro....
-          Dirigir las relaciones: mayor afirmatividad en la comunicación, mayor popularidad y sociabilidad, más cooperación....
                                                        Fdo. Matías Cáceres (kzeres)
                                                              - 1997-