LA LEY : CAPRICHOS Y ABSURDOS
#1.- La ley, en su
forma de verbo, de palabra, se hace misterio: una verdad misteriosa. En su
forma sacra es incorruptible .Intemporalmente, con letras de bronce fue
cincelada por los padres de la patria, hombres por encima del bien y del mal, hombres
supra/ultra vitales.
#2.- En su
carácter fantasmagórico sobrevuela el pórtico de la gloria y serpentea en las oscuridades de los palacios
de justicia. En su caminar histórico deambula por los más recónditos laberintos
babilónicos.
#3.- En su infinita pureza se eleva a una santidad
arbórea para después negar el agua a las
raíces de sus propios vástagos. Como el halo del Cometa de la Historia sólo
avista humo, humo negro.
#4.- Toda ley como dictatum
suprahumano es imagen conceptual,
totalmente cerrada, categórica en una
absolutidad metafísica. Por su
esencialidad racional , toda corporeidad, toda materialidad, le es ajena. Vive ensimismada per se, enajenada en su propia cabeza. Por la delicadeza de sus pies, repele caminar
por el mundo. El don de lo empírico le ha sido negado en su propio articulado.
#5.- Mira hacia el cielo para fundirse en esencia y
sustancia espiritual. En la Tierra hay demasiados cuerpos para habitar entre
ellos. Bajo el techo de los hombres laten corazones, corazones que suspiran y
esperan justicia, una justicia más sensitiva, más sin-Razón. La ley ( La Razón ) y la justicia ( El
Corazón ) fueron enlazadas en matrimonium,
con cláusula de divorcio en su primer dictatus
, porque ya desde su génesis algo corrupto había sido engendrado. En su primer
intento de consumación corpórea se produjo ruptura. Nada de la humana justicia
le es apetecible.
#6.- Siente el amor puro como razón necesaria ( es un
sujeto independiente per semper )
. El amor sensitivo le es una rémora contingente ( dependiente de predicados )
#7.- Apela al derecho consuetudinario sólo
como guiño ( ¡ gesto tramposo! ) a los hombres. En su recorrido vivió libre de
conectividad social, por amor a la pureza.
#8 .- “La ley es fruto del consenso, del acuerdo”. Risas
y pitos.
#9.- La ley es
orden y le gusta imponer sus mandatos.
Las voces que claman desagradan a sus
oídos.
#10.- Ennoblecida bajo ropajes aristocráticos mutó su vestimenta en encajes burgueses,
huyendo del contacto con la romería
popular porque su delicada nariz no resistía el olor corpóreo de la
muchedumbre.
#11.- En su recorrido histórico pre- moderno se
enseñoreó caballerescamente; en el hito de aquel 1789 se acercó al peculio más
dorado para abandonar a su suerte al populacho (¡ un acto de suma traición! ).
Con el pasar del tiempo, en un remoto reino oriental, quiso hacerse social,
pero, ( ¡ otra avez ! ), bajo la forma de imperium/imperator, fue, ¡ aún más ¡,
fortalecida con el hierro del hombre-partido,
derogando a todo Consejo. La
incipiente Asamblea de Ciudadanos fue
cerrada sine die.
La ley desampara a la ciudadanía para cobijarse baja la
Asamblea del Orden ( su propio Kosmos) , ante la amenaza del Kaos de las masas.
#12.- Como otras entelequias, nace en la cabeza de
algunos hombres para caminar patas arribas. Grato gesto sería darle la vuelta
para que retornase a una cinética
natural.
#13.- La ley crece y engorda con la desigualdad y la
ignorancia; mengua y adelgaza con la equidad y la cultura. Este último acto es
realizado con menor frecuencia. Le gusta la glotonería. No acepta sentarse a comer con el Demos/cratos.
#14.- Escupir sobre la ley es vano acto: lo etéreo está
libre de excrecencias: ¡ afortunado de ti porque no deberías ser objeto de su
ira!.¡ Ella, tan poco emotiva !.
#15.- La ley se reduce ad absurdum.
El Sr. K. , habiendo sido ultrajado, se presentó ante
la Ley.“ ¿ Puede abrirme ?“ , preguntó. “No”, respondió la ley. ¿ Por qué razón ?”. “Porque yo soy LA LEY”,
se escuchó desde el fondo.
Mal menor éste.
En otra ocasión el Sr. K. fue detenido y condenado
antes de ser estúpidamente juzgado.¿ Qué falta comentió?. En blanco como
respuesta. ¿ Quiénes formaban el tribunal?. Gente disforme. La muerte
fue una liberación para él.
Primera Caída y Angustia de J. Kafka : “Ante la ley”
Segunda Caída y Angustia de J. Kafka : “La condena”
Tercera Caída y Angustia de J. Kafka: “En la colonia
penitenciaria”.
P.D.- Primera, última y única orden: Liberad@laley para que ame y no odie.
Ourense,
Matías Cáceres. 22-08-2011
“Ante la
ley”. Frank Kafka
Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta al guardián
y le pide que le deje entrar. Pero el guardián contesta que de momento no puede
dejarlo pasar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde se lo permitirá.
- Es posible - contesta el guardián -, pero ahora no.
La puerta de la ley está abierta, como de costumbre; cuando el
guardián se hace a un lado, el campesino se inclina para atisbar el interior.
El guardián lo ve, se ríe y le dice:
- Si tantas ganas tienes - intenta entrar a pesar de mi
prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los
guardianes. Entre salón y salón hay otros tantos guardianes, cada uno más
poderoso que el anterior. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo
soportar su vista.
El campesino no había imaginado tales dificultades; pero el
imponente aspecto del guardián, con su pelliza, su nariz grande y aguileña, su
larga bárba de tártaro, rala y negra, le convencen de que es mejor que espere.
El guardián le da un banquito y le permite sentarse a un lado de la puerta.
Allí espera días y años. Intenta entrar un sinfín de veces y suplica sin cesar
al guardián. Con frecuencia, el guardián mantiene con él breves conversaciones,
le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas
indiferentes, como las de los grandes señores, y al final siempre le dice que
no todavía no puede dejarlo entrar. El campesino, que ha llevado consigo muchas
cosas para el viaje, lo ofrece todo, aun lo más valioso, para sobornar al
guardián. Éste acepta los obsequios, pero le dice:
- Lo acepto para que no pienses que has omitido algún esfuerzo.
Durante largos años, el hombre observa casi continuamente al
guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que
lo separa de la ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años
abiertamente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo entre
murmullos. Se vuelve como un niño, y como en su larga contemplación del
guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, ruega a
las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente su vista se
debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz o si sólo le engañan sus
ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que brota
inextinguible de la puerta de la ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de
morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una
sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que
se acerque, ya que el rigor de la muerte endurece su cuerpo. El guardián tiene
que agacharse mucho para hablar con él, porque la diferencia de estatura entre
ambos ha aumentado con el tiempo.
- ¿Qué quieres ahora - pregunta el guardián -. Eres insaciable.
- Todos se esfuerzan por llegar a la ley - dice el hombre -; ¿cómo
se explica, pues, que durante tantos años sólo yo intentara entrar?
El guardián comprende que el hombre va a morir y, para asegurarse
de que oye sus palabras, le dice al oído con voz atronadora:
- Nadie podía intentarlo, porque esta puerta estaba reservada
solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.
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